Grecia muestra impotencia ante hacinamiento en campos de refugiados del Egeo
Óscar Valero. Atenas, 25 nov (EFE).- La muerte de dos migrantes tras una explosión de gas anoche en el campo de Moria, en Lesbos, puso hoy de relieve la impotencia del Gobierno griego para solucionar la superpoblación de los centros de refugiados en el Egeo oriental.
El ministerio de Migración griego confirmó las circunstancias del accidente que acabó con la vida de una iraquí de 60 años y de su nieto de 6 años y que dejó gravemente heridos a una mujer y a su hijo, que se encuentran en un hospital de Atenas, al que fueron trasladados por un avión militar.
Otras seis personas, según los medios locales, permanecen en el hospital de Mitilene, la capital de Lesbos, con quemaduras menores.
El fuego se propagó con rapidez por todo el campamento de Moria, pero pudo ser extinguido por un equipo de bomberos en veinte minutos, según los medios griegos.
Al menos 400 personas, según ACNUR, se quedaron sin refugio tras quemarse sus tiendas, mientras que 38 menores no acompañados fueron trasladados a otros centros en la isla.
En el campo de Schimatari, al norte de Atenas, también se produjo esta mañana un pequeño incendio provocado por una bombona de gas, aunque esta vez no hubo que lamentar heridos.
Durante las tareas de extinción del incendio en Moria algunos refugiados se enfrentaron a la policía, un fenómeno que no es ni mucho menos nuevo allí, ya que en los en los últimos meses se han producido enfrentamientos de este tipo, así como varios incendios, algunos de ellos provocados, aunque hasta ahora sin víctimas mortales.
La frustración por la lentitud en el proceso de las demandas de asilo de los refugiados y el hacinamiento en los campamentos del Egeo oriental -en las islas de Lesbos, Samos, Kos y Quíos- están detrás de este aumento de la tensión generalizado.
El Ministro de Migración griego, Yannis Muzalas, se defendió hoy en el Parlamento de los que le señalan como culpable de la superpoblación en los campos de refugiados de las islas.
Muzalas aseguró que el Gobierno se encuentra entre la espada y la pared y acusó a las autoridades locales e incluso a algunos miembros de su partido, Syriza, de ser los verdaderos responsables por bloquear la creación de más centros de acogida en el Egeo oriental.
El número de personas alojadas en estos campamentos -11.398 en total según datos oficiales- supera con creces el de plazas disponibles -7.450 según las mismas cifras-.
«Para mejorar las condiciones de las instalaciones existentes y poner fin a estas tragedias, necesitamos más campos. Si no lo hacemos, las consecuencias serán trágicas», aseguró Muzalas.
El ministro recordó además que no puede trasladar a los migrantes que permanecen en estas islas, todos ellos llegados después del 20 de marzo, a territorio continental porque pondría en riesgo el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía, que ha prevenido hasta ahora «la llegada de alrededor de 150.000» migrantes a Grecia.
Ese acuerdo pende de un hilo tras la amenaza del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de abrir sus fronteras para dejar pasar a quienes deseen llegar a Europa.
Muzalas hizo además referencia a los ataques con cócteles molotov al campo de Suda, en la isla de Quíos, ocurridos la semana pasada y sobre los que pidió una investigación a fondo, aunque las primeras investigaciones apuntan a la autoría de grupos de extrema derecha.
El Ministerio de Migración hizo un llamamiento en un comunicado a la población de las islas del Egeo oriental a «mantener la sangre fría y a contribuir al esfuerzo gubernamental para rebajar la tensión», pues el descontento entre los residentes de estas islas no deja de crecer.
Además, el ministerio que dirige Muzalas instó a la UE a «que acelere el examen de las demandas de asilo y contribuya al proceso de reubicación» de los migrantes y sugirió que «los socios examinen su propuesta de trasladar» a refugiados de las islas «a centros cerrados del continente sin que Grecia pierda» al mismo tiempo «el derecho de devolverlos a Turquía». EFE