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Controversia

febrero 17, 2017 7 Columnas, La Lola se va a los puertos, Lo Ultimo No hay comentarios

Ayer fue el día en el que Grecia entera olía a carne a la brasa. Lo que se conoce como “Τsικnopempti”, o el “jueves de olor a barbacoa”. Se supone que es el último día antes de entrar en la cuaresma, cuando todo cristiano que se precie dejará de comer carne, así que, el día antes, a ponerse ciegos.

La Lola

Aunque la mayoría de los griegos siguen comiendo suvlaki durante este periodo religioso, muchos son los que deciden hacer una especie de dieta “detox” de carne, y mucho más los que siguen la tradición de comer sólo carne en un día como hoy. Conclusión: el peor día del año para ir a un restaurante de carne, porque a) estará hasta arriba y b) sacarán cualquier reserva que tengan en los frigoríficos esté en el estado que esté. Si, ya sé que llego tarde con la recomendación, pero ya lo sabes para el año que viene.

No he sido yo nunca de cumplir tradiciones que impliquen no encontrar sitio en los restaurantes. Ahí tienes sin ir más lejos San Valentín. Me quedo en casa tan a gusto al tercer intento de conseguir mesa en algún sitio. Nunca fue santo de mi devoción, de todas maneras.

Pero los griegos son muy de tradiciones, y de proteger lo suyo, y de sentirse muy orgullosos de sus cosas. Todo lo relacionado con los antiguos griegos, y en concreto, la Acrópolis, que no se la toquen, que se revuelven como culebras.

¿Te has enterado lo que ha pasado con Gucci?, lo publicábamos ayer en el periódico. Resulta que a la firma italiana se le ha ocurrido hacer la petición de utilizar la Roca Sagrada para hacer el desfile de presentación de su próxima colección. La respuesta: de eso “niente”. A nosotros nadie nos toca la roca. Lo ha rechazado el consejo Central Arqueológico, y dicho dictamen ha sido apoyado por el Gobierno. Según este Consejo “El carácter único de la Acrópolis es inconsistente con este tipo de eventos”.

Te copio un fragmento del artículo para que te formes tu opinión al respecto: “Los representantes de la marca de lujo, que se reunieron con el KAS para explicar el proyecto en detalle, pretendían organizar un desfile de unos 15 minutos de duración en junio al que asistirían 300 invitados.
Gucci ofreció a cambio dos millones de euros en cinco años para restauración de los monumentos de la Acrópolis, un presupuesto similar al asignado por el Gobierno heleno.
La prensa helena aseguró que la marca rechazó, por otra parte, organizar el desfile en una localización entre las alternativas ofrecidas por las autoridades helenas.
La última vez que se realizó un evento relacionado con la moda en la Acrópolis fue en 1951, cuando la colección de Christian Dior fue presentada por sus modelos”.

No sé tú, pero yo estoy dividida con este tema.

Por un lado, me parece como un poco “frívolo” utilizar un símbolo de algo tan intangible como la democracia, la libertad y el diálogo, para algo tan material y mundano como un desfile de una marca de lujo.

Por otro lado, me parece un marco incomparable para cualquier evento, y, la verdad, no me parece que 300 personas durante 15 minutos puedan suponer una amenaza a la integridad del monumento, habida cuenta de los miles de turistas que pasan por ahí a diario (se superan los 10.000 visitantes diarios en verano, según fuentes consultadas). Sería un “Trending Topic” del que se beneficiaría no sólo para la marca, sino también Atenas como destino.

Me gustaría tener más información sobre los otros sitios que ofrecieron los del Consejo y que Gucci rechazó, y me gustaría todavía más saber el por qué del rechazo.

Pero hay sobre todo una cosa que me plantea más dudas que todas las demás: ¿Es “venderse” el hecho de dejar que una marca de lujo utilice el Partenón (si es que es el Partenón, que tampoco lo dejan claro) para fines publicitarios cuando ofrece pagar por ello lo mismo que el Estado griego puede permitirse invertir en el mantenimiento del monumento, o sea, dos millones de euros en cinco años?

¿Es deontológicamente inaceptable aceptar ese dinero que tan bien les vendría a cambio de permitir un desfile de modas en la Acrópolis, pero no lo es reducir las partidas presupuestarias dedicadas a cultura, a hospitales o, ya puestos, a pensiones, a petición de otras “marcas extranjeras”?

La controversia está servida. Tú me dirás qué te parece. Yo ya te digo que estoy indecisa. Pero igual a este país le vendría bien despojarse de algunos orgullos mal direccionados y hacer un poco de caja, que falta le hace ¿no?.

Ahora, una cosa sí tengo clara: un Gucci antes que cinco Christian Dior.

Lola Larreina para AtenasDigital.com

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