Gobierno griego promete no volver a la austeridad a pesar de nuevas medidas

Ingrid Haack. Atenas, 21 feb (EFE).- El Gobierno griego sostiene que las reformas adicionales a las que se ha comprometido con los acreedores a cambio de retomar la evaluación del programa de rescate no comportarán una nueva vuelta de tuerca a la austeridad.

«Por cada euro de carga habrá un euro correspondiente de alivio», prometió hoy el portavoz del Gobierno, Dimitris Tsanakópulos.

Con ello zanjó las críticas surgidas, sobre todo desde la oposición conservadora, tras el acuerdo de principios alcanzado este lunes en el Eurogrupo, que contempla el regreso de los acreedores a Atenas a cambio de un paquete de medidas adicionales que no estaban contempladas en el programa de rescate y que deberán entrar en vigor a partir de 2019.

El Gobierno había rechazado categóricamente ceder a la exigencia planteada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) de tomar medidas a modo preventivo en el caso de que Grecia se desvíe a partir de 2019 de su objetivo de superávit primario, fijado en el programa de rescate en el 3,5 % del Producto Interior Bruto (PIB).

En los últimos meses, el primer ministro, Alexis Tsipras, y su titular de Finanzas, Euclides Tsanakópulos, habían asegurado que estas medidas preventivas irían en contra de la Constitución helena.

Tsanakópulos aclaró hoy que las medidas no tienen carácter anticipado, pues se adoptarán en cualquier caso, y por ello no violan la legislación helena. Es decir, se adoptarán sí o sí.

Las medidas afectan a pensiones, fiscalidad y mercado laboral, como adelantó ya ayer el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

Este aseguró, sin embargo, que quedará en manos del propio Gobierno griego decidir qué medidas de alivio aplica si las reformas estructurales arrojan un margen fiscal que lo permita.

En cualquier caso, la serie de iniciativas comprometidas suponen un nuevo mazazo a una población vapuleada por siete años de crisis y tres rescates.

Entre ellas, figura la ampliación de la base imponible, mediante la reducción del mínimo exento, actualmente en 8.636 euros anuales.

Se habla de reducir este mínimo a unos 6.000, aunque la cifra no ha sido confirmado por el Gobierno.

En un país en el que en torno a la mitad de los trabajadores y jubilados están exentos de imposición, porque cobran menos de ese mínimo, ampliar la base imponible debería suponer una fuente de ingresos fiscales adicional.

Sin embargo, el estrangulamiento que ha vivido la población en los últimos años ha hecho disparar las deudas con Hacienda a más de 95.000 millones de euros, más de la mitad del PIB heleno, lo que hace dudar a muchos de la efectividad que pueda tener aplicar medidas en la escala más desfavorecida de los contribuyentes.

Otra de las grandes medidas afectará -una vez más- a los pensionistas, que ya han vivido en carne propia una docena de recortes en los seis años transcurridos desde el primer rescate.

Según informaciones de algunos medios griegos, los nuevos recortes afectarán a la inmensa mayoría de los más de dos millones de jubilados y solo se librarán en torno a medio millón que cobran un máximo de 700 euros al mes.

A cambio de estas concesiones, cuyos detalles todavía deberán ser negociados cuando regresen los representantes de los acreedores la semana próxima a Atenas, el Gobierno ha prometido bajar una serie de impuestos.

El ministro de Política Digital y mano derecha de Tsipras, Nikos Pappás, adelantó hoy en unas declaraciones a la cadena de televisión privada ANT1 que habrá una reducción del IVA sobre la energía y la alimentación, así como una bajada del impuesto sobre bienes inmuebles (ENFIA).

Pappás prometió que el paquete entrará en la tramitación parlamentaria en conjunto, es decir, medidas de carga y de alivio a la vez.

Con estos compromisos Grecia logra el regreso de los acreedores para concluir la evaluación del rescate, de la que depende un desembolso de 6.100 millones de euros, más o menos la misma cantidad que el país deberá devolver en verano a los acreedores, en su mayoría al Banco Central Europeo (BCE), por el vencimiento de deuda.

No obstante todavía se está lejos de saber si el FMI participará finalmente en el rescate y si el BCE decidirá aceptar que Grecia vuelva a entrar en su programa de compra de bonos, una de las condiciones capitales para volver a tener una perspectiva de regresar a los mercados. EFE