Revive la tensión en las relaciones greco-turcas después de 17 años de calma
Yannis Chryssoverghis. Atenas, 1 mar (EFE).- La decisión en enero del Tribunal Supremo griego de rechazar la extradición a Turquía de ocho militares requeridos por su presunta participación en el fracasado golpe de Estado del verano pasado, ha reactivado la tensión entre los dos países y puesto fin a un periodo de calma que ha durado 17 años.
Desde entonces se han multiplicado los forcejeos entre aviones de las fuerzas aéreas de ambos países en el mar Egeo y aproximaciones o desembarcos ficticios en algunas islas deshabitadas, cuya soberanía griega pone en entredicho Turquía.
En el plano político, no pasa apenas un día sin que algún ministro del Gobierno turco profiera amenazas contra Grecia.
Este tipo de declaraciones forman parte de la estrategia de tensión que ha adoptado el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras el golpe fallido, dentro y fuera del país.
Descalificaciones como las del ministro de Exteriores, Mevlut Çavúsoglu, hacia el titular de Defensa griego, Panos Kammenos, al que llamó «niño mimado» y le aseguró que «los griegos saben bien lo que puede hacer un soldado turco cuando es necesario», son solo un ejemplo.
El Ejecutivo griego ha mantenido hasta ahora un perfil bajo y ni siquiera Kammenos, líder de los Griegos Independientes, el socio nacionalista de Syriza en el Gobierno y, por antonomasia, partido defensor de los valores patrióticos, ha caído en la trampa de las descalificaciones personales.
Kammenos, que por lo general no escatima a la hora de repartir críticas a sus adversarios, se ha limitado a decir que, si llega el momento, Grecia sabrá responder a las provocaciones, algo que también ha prometido el ministro de Asuntos Exteriores, Nikos Kotziás.
Las diferencias entre Grecia y Turquía sobre la delimitación del espacio aéreo y de las aguas territoriales en el mar Egeo nacieron hace 45 años, cuando fueron detectados yacimientos de petróleo en ese mar.
En las últimas décadas los dos países, ambos miembros de la OTAN, estuvieron dos veces -en 1987 y en 1996- al borde de la guerra.
«Es una táctica habitual de Turquía recordar de vez en cuando sus reivindicaciones sobre el Egeo. La crisis actual se debe a la situación interna de ese país, lo que incrementa la tensión», sostiene Thanos Dokos, experto en asuntos de defensa y director del Instituto Griego de Investigación en Política Europea y Exterior (ELIAMEP), en declaraciones a Efe.
Según Dokos, la decisión del Tribunal Supremo de no extraditar a los ocho militares contribuyó a incrementar la tensión.
«Turquía no puede entender que la Justicia en Europa es independiente del Ejecutivo. Erdogan considera la no extradición como decisión política», destaca Dokos, quien ve peligro de que pueda producirse «un accidente que nadie estará en condiciones de gestionar».
«Tras el golpe fallido las Fuerzas Armadas turcas perdieron a miles de oficiales con larga trayectoria profesional, que han sido sustituidos por personas que no disponen de la experiencia necesaria para evitar que un momento de tensión desemboque en una crisis mayor», explica.
En tal caso, la situación sería aún más complicada por la ausencia de intermediarios creíbles.
«Actualmente las relaciones de Turquía con la Unión Europea (UE) y con la OTAN son tensas. Queda Estados Unidos (EEUU) que aún no está listo para servir de mediador. Hace seis meses lo hubiera podido, dentro de seis meses también, pero ahora no», recalca Dokos.
La crisis greco-turca llega en un momento especialmente delicado, pues no solo Grecia sino toda Europa depende del buen funcionamiento del acuerdo entre la UE y Turquía para la gestión de los refugiados, pacto que algunos ven en peligro y otros muchos desearían ver eliminado, pues ha llevado a que apenas haya una reacción oficial de Occidente hacia las violaciones de los derechos humanos en Turquía.
«No creo que Turquía suspenda el acuerdo con la UE a causa de la crisis en sus relaciones con Grecia. Si lo hace, será por otros temas relacionados con la negociación de adhesión a la UE», estima el director de ELIAMEP.
Llega además en un momento en que las negociaciones para la reunificación de Chipre, donde Grecia ejerce junto a Turquía y el Reino Unido el papel de potencia garante, parecían a punto de resolverse tras cuatro décadas de división, proceso que se ha visto nuevamente suspendido.
La crisis greco-turca no ha afectado de momento a las relaciones económicas entre dos países que, gracias a este periodo de 17 años sin tensiones, se han convertido en socios económicos importantes.
Hace un año Grecia y Turquía firmaron una serie de acuerdos bilaterales en los sectores de turismo, de transportes y comercio. EFE