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A la caza de los primeros recuerdos

marzo 15, 2013 7 Columnas, Un becario de Atenas No hay comentarios

«Cuando llegué a Atenas tomé el autobús desde el aeropuerto hacia el centro y, de camino, me fije en las grandes parcelas de tierra que habían prácticamente abandonadas. Edificios medio derruidos con graffitis espectaculares pintados en ellos y, pensé, al menos el clima es bueno». Emil, un veinteañero de Dinamarca cuenta así el primer recuerdo que tiene de Atenas cunando llegó desde su país para pasar unos meses como estudiante de intercambio.

En el tiempo que llevo en Atenas he tomado una mala costumbre. A todos los extranjeros que me encuentro y que, como yo, viven temporalmente en Atenas, suelo preguntarles dos cosas: la primera suele ser, ¿cuál es el desayuno tradicional que hay en tu país?. De verdad, de esta forma he aprendido más de lo que os podéis imaginar sobre diferentes culturas. La segunda es ¿cuál es el primer recuerdo que tienes de cuando llegaste a Atenas?. Ambas son interesantes desde mi punto de vista, pero la última suele hacerles pensar más. Es curioso como cada persona tiene respuestas tan distintas sobre sus primeros momentos en la capital griega.tiempo

«No me preguntes muy bien por qué, pero antes de subirme al avión en España me había tomado una botella de ron con una amigo, de forma que llegué a Atenas un tanto borracho. Recuerdo estar completamente perdido en Syntagma, cargado con todas mis maletas y preguntando a todo el mundo si sabían donde estaba la calle Themistokleous, donde se encontraba el apartamento que había alquilado desde casa. El único que me dijo dónde estaba la calle y que además me guió hasta el portal de mi nuevo hogar resultó ser un yonqui al que decidí llamar Francisco José. Cuando llegué al apartamento lo primero que hice fue comerme un souvlaki y acto seguido vomitarlo e irme a dormir. Ese es mi primer recuerdo en Atenas, cuenta Alberto, un catalán al que por razones obvias le vamos a poner un nombre falso en este post.

Emanuel, un muchacho el sur de Alemania tiene como primer recuerdo algo mucho más pacífico. «Recuerdo el coche del propietario del apartamento que había alquilado desde mi país, que vino a recogerme al aeropuerto. Todo el paisaje me pareció muy plano y con una vegetación radicalmente distinta a la de mi país. Era septiembre y había mucho sol, eso me llamó mucho la atención.»

Me ha parecido bastante interesante recopilar recuerdos de personas que llegaban por primera vez a un país extranjero del que no conocían nada. También he dio preguntando por ahí cuáles eran los recuerdos más antiguos que tenía la gente, pero eso ya es otra historia. Si me topo por Atenas con alguien que haya leído este post y, tras un par de cervezas le empiezo a preguntar este tipo de cosas, no se lo tome a mal, soy curioso por naturaleza.

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