Lefkada: entre rocas y agua helada
El sonido del agua al romperse resuena por toda la playa. Aquél bañista acababa de lanzarse desde una roca de cuatro metros de altura ante la mirada de sus tres compañeros. El agua está cristalina y posee un color azul verdoso que recuerda a las postales del caribe. El fondo está lleno de pequeñas piedras, iguales que las que hay en la orilla. A unos pocos metros, un joven prepara unos atunes pequeños sobre unas brasas. Junto a al muchacha se levantan dos tiendas de campaña. A excepción de los jóvenes del agua y la chica que cocina pescado, la playa está desierta.
Lefkada es una isla de Grecia que se encuentra al norte de las islas de Itaca y Cefalonia, en el mar Jónico. Tiene una superficie de 303 kilómetros cuadrados y una playa de 117 kilómetros. En esta isla se encuentra el monte Stavrota, que asciende hasta los 1158 metros. Los jóvenes de esta pequeña historia están practicando un tipo de turismo alternativo. Cargan en una furgoneta alquilada todo lo que necesitan y recorren las islas griegas acampando en las playas.
A principios de mayo el calor es seco y asfixiante en Lefkada y el agua del mar está fría hasta el punto de cortar la respiración de los bañistas por unos segundos. Las rocas que rodean la playa se alzan espectaculares y dan lugar a la aparición de cuevas naturales. Algunas de ellas están en el agua y los bañistas más aventureros pueden adentrarse en ellas, aunque hay que tener en cuenta que dentro de las cuevas el agua está aún más fría.
Al poco, los cuatro jóvenes se encuentra alrededor de las brasas comiendo los atunes. Al terminar, empaquetan todo, desmontan el campamento, cargan de nuevo la furgoneta y ponen destino al puerto más cercano, para tomar un ferry e ir a la próxima isla. La playa de Lefkada reina un relajado silencio solo roto por las olas del mar.
Texto: Luis Cañivano Heredia
Imagen: Jessica Muñoz