Redescubriendo Poros
Linda Baseggio.- Ir a Poros en coche, cuando se puede llegar cómodamente en barco desde el Pireo, es una decisión que tomarán los que, al igual que Machado, piensan que “se hace camino al andar”. El viaje dura unas cuatro horas sin tráfico y recorre el hemiciclo del Golfo Sarónico: pasado Corinto hay que estar pendiente de las indicaciones hacia las islas para dejar a nuestra derecha el abrazo verde del Peloponeso y adentrarse en la empinada península de la Argólida. La carretera sube y baja siguiendo la morfología del territorio, bordea el desvío al antiguo teatro de Epidauro (que alberga el festival de Teatro Clásico hasta el 27 de agosto) y, antes de llevarnos a Gálatas, puerto desde el que coger el ferry hacia Paros, se dirige a la izquierda, hacia la península de Méthana. Verde de pinares y roja de basaltos, Méthana alberga más de treinta volcanes, esporádicamente activos hasta hace 300 años: la erupción más famosa fue la que, en 230 a.C. describió Pausanias en su “Guía de Grecia” (Ἑλλάδος περιήγησις). Hoy queda poco de su espléndido pasado de “ciudad de los baños”, pero el fascinante balneario, envuelt0 en blancos vapores sulfúricos, nos da la sensación de encontrarnos en la película “Ojos negros”.
En Gálatas se puede coger el ferry hacia Poros cada media hora, el trayecto dura cinco minutos y cuesta unos seis euros (siete a la vuelta) para coche y dos personas. La que se conoce como “Poros” está compuesta, en realidad, por dos partes distintas, la verde Kalavria y la pequeña isla volcánica de Sfairia: Pausanias cuenta como hubo mar entre las dos islas, ahora unidas entre sí por un istmo de tierra de 150 metros de ancho, formado por los detritos arrastrados por un torrente que bajaba de las laderas del monte Profeta Elías.
Si Sfairia está ocupada casi enteramente por la ciudad de Poros, Kalavria alberga dos áreas organizadas para el turismo, Askeli a oriente y Neorio a occidente, donde se puede encontrar alojamiento a partir de 40 euros por noche. Con el coche y un mapa se puede uno dar el gusto de girar las playas según el sentido del reloj: por la mañana Monastiriou Beach, situada en la costa este y que toma su nombre del Moni Zoodochou Pigis, nombre que significa “manantial que da la vida”. En efecto el monasterio se construyó en el siglo XVII alrededor de la única fuente de la isla, conocida también por sus virtudes curativas. Por la tarde apetece irse al oeste, saludando el atardecer en la Bahía de los Rusos, una ensenada que hospeda lo que queda de una estación que abasteció la flota de la marina rusa en el Egeo hasta 1900, e intentando sacar fotos al islote de Daskalio, famoso en todo el mundo por su forma de corazón. Merece un día completo la excursión a la ladera norte de Kalavria: después de un buen café en Once Upon a Time (Askeli), se sube la carretera en dirección a las ruinas del templo de Poseidón (520 a.C. – visita gratuita). Desde la cumbre, la vista es sobrecogedora y abraza todo el Golfo Sarónico, desde Corinto hasta Atenas, con Aegina y Angistri en primer plano. Tremendo tiene que haber sido el dolor del orador Demóstenes para quitarse la vida en un lugar tan privilegiado, en el 323 a.C., frente a la avanzada persa: hoy como entonces la península de Vounokorifes es un dedo acusador rodeado de mar, cigarras y cielo.
Una escarpada carretera baja hasta el mar, donde nos espera la recompensa a tanta emoción: en la bahía de Vagionias las tumbonas y las sombrillas son gratis, los mojitos mejores que los souvlakia y Gikas, un griego-hondureño de generosa sonrisa, nos trata como reyes. Después de un día de playa (eso sí, lidiando con las avispas que parecen estar por todos los lados), podemos acabar nuestra velada en O Spiros (Mikró Neorio), restaurante que, desde 1975, sirve cenas de pescado buenas y baratas a pelo de agua. No se sabe qué habría pensado Pausanias de este plan (incluso sin los fuegos artificiales ni la súper luna que tuvimos nosotros), pero sospechamos que le habría encantado.
Informaciones: www.poros.gr
Cómo llegar:
1. En coche: desde la Attiki Odos en dirección Corinto, coger la 2a salida Corinto-Epidauro y seguir las indicaciones a las islas hasta Gálatas. Se llega a Poros en unas cuatro horas más o menos.
2. En barco: el ferry (www.saronicferries.gr) dura 2 horas y 15 minutos y cuesta 40 euros (promoción de verano, coche con dos pasajeros); el barco rápido (www.hellenicseaways.gr) dura una hora y cuesta 22.50 euros por persona.
Qué vaina! Catorce años viviendo en Grecia y nunca visité Poros… De este verano no pasa! Buen dato, amigas