Kostas Ísijos, el ministro adjunto de Defensa griego con raíces argentinas

Remei Calabuig. Atenas, 10 mar (EFE).- Se fue de Buenos Aires en 1976 durante la dictadura de Jorge Videla para evitar empuñar un arma y combatir contra los suyos. Ahora Kostas Ísijos es el ministro adjunto de Defensa y el único latinoamericano en el nuevo Gobierno izquierdista de Grecia.

Nació en Argentina y hasta los 19 años vivió en Quilmes, un barrio del sur de Buenos Aires, y aunque debería haber seguido los pasos de su padre, fanático de este equipo de fútbol, se confiesa, en entrevista con Efe, seguidor del Independiente de Avellaneda.

Nieto de griegos fue uno de sus abuelos quien le inculcó el amor por la política.

«Mi abuelo estaba muy involucrado en política y siempre me hablaba de la guerra civil griega y de la ocupación nazi. En vez de contarme cuentos que se les cuentan a los niños, me explicaba cosas sobre su vida», recuerda.

También otros vecinos del barrio le narraban sus experiencias, como un español que había luchado en la Guerra Civil, lo que despertó en él una conciencia política que nunca más le abandonaría.

La dictadura le empujó a dejar Argentina y refugiarse junto a su familia en Toronto, Canadá. Allí estudió Ciencias Sociales en la Universidad de York y empezó su andadura política en las filas de las juventudes comunistas, una trayectoria que mantendría cuando, con 22 años, llegó a Europa.

«Vine a Grecia no para vivir, sino para conocer la tierra de mis antepasados, como diríamos en una novela, pero me encantó el país y la gente y me sentí como en casa», comenta Ísijos, que se instaló definitivamente en este país ante la imposibilidad de volver a Argentina, donde continuaba la represión.

Es uno de los fundadores de Syriza, partido al que define como un «experimento político de la izquierda democrática y plural», y dice sentirse como «un bicho raro» participando en el Gobierno y aún más en el Ministerio de Defensa.

«Nosotros hemos luchado contra el sistema y seguimos luchando también ahora», afirma y recalca que él no pertenece «a ninguna familia política, como el resto de mis compañeros en el Gobierno».

Aunque ahora estén del lado de los que mandan, el argentino puntualiza que tratan de vivir como antes, es decir, «estando en contacto directo con la gente, caminando por las plazas y acudiendo a alguna taberna con nuestros amigos por la noche si tenemos tiempo», pues las críticas, «buenas y malas», apunta, son «necesarias» para el Gobierno.

Al frente del ministerio, Ísijos trabaja codo con codo con el movimiento sindical, de donde él mismo procede, porque considera que es «vital hablar por teléfono con ellos a diario» para saber «lo que sienten» y guiar sus políticas.

Precisa que excepto el actual viceprimer ministro, Yanis Dragasakis, quien fue durante unos meses viceministro de Finanzas en la coalición gubernamental de 1989, ninguno de los ministros «tiene experiencia de Gobierno».

Ísijos es el segundo de Defensa, el único departamento dirigido por el partido derechista Griegos Independientes, socio de Syriza en el Ejecutivo, y aunque confiesa que a título personal se «lleva bien» con Panos Kamenos, el ministro, su relación «no es un casamiento político».

El ministro adjunto reconoce que hay puntos en común entre ambos partidos, pero existen otros «en los que no coincidimos» y que por ello se excluyen del programa de Gobierno.

Uno de estos puntos calientes es la reforma del servicio militar, que es obligatorio para los hombres cuando cumplen 18 años.

Aunque Ísijos, al igual que todos los partidos griegos, defiende la obligatoriedad del servicio militar, considera que es necesario darle un enfoque distinto, tiene que pasar de ser «una obligación» o «un castigo» a una oportunidad para que los jóvenes «puedan aprender» un oficio que les permita después «encontrar una profesión en el sector privado o público».

Una de las prioridades del ministerio de Defensa es reformar la industria del sector que actualmente cuenta con siete fábricas estatales, según Ísijos, «marginadas de la economía» tras cinco años de recortes.

Explica que su intención es que estas compañías sirvan para crear empleo, especialmente entre los jóvenes -el paro juvenil en Grecia está en torno al 51 %- y «alianzas» con otras industrias europeas y de fuera del continente que sirvan para atraer capital.

Esta reforma irá acompañada de un plan de transparencia que desde su llegada al ministerio ha aplicado mediante la firma de varios decretos, que asegura, permiten al Parlamento tener acceso a todos los contratos en materia de Defensa.EFE