Cuestiones de salud
Ya os conté que en la rifa anual de navidad del colegio de mis hijos, fui afortunada con uno de los premios: una mamografía. Pues llegado el momento de mi revisión anual me dije: ¿por qué no aprovechar lo que el azar me ha brindado?, y pedí hora.
No sé a tí, pero a mí es pensar en ello y se me erizan los vellos. Ese desavalimiento con los pechos al aire, ese espachurre, esas manipulaciones. Pero hay que hacerla, que ya sabes que hasta el 97% de los cánceres de mama con diagnóstico precoz se curan. Merece la pena el mal rato. Si eres lectora, ya estás programándola, y si eres lector, ya se lo estás recordando a las mujeres que quieres.
Ahora, que es un trago. Yo, que ya sabes que me encanta lo de buscar en la red todo tipo de información, pensé: ¿y no habrá alguna técnica que te ayude a preparar el momento?, voy a ver… Y he encontrado una que decía esto:
“Muchas mujeres pasan miedo cuando tienen que enfrentarse a una mamografía. No te preocupes. Haciendo estos sencillos ejercicios durante unos minutos al día la semana previa a la prueba, estarás completamente preparada para este examen. Son fáciles y los puedes hacer en tu casa.
Primer ejercicio: Abre el refrigerador y coloca un pecho en el marco de la puerta. Ciérrala sobre él y aprieta con fuerza. Apoyando tu cuerpo sobre la puerta conseguirás hacer más presión. Aguanta en esa posición diez segundos.
Segundo ejercicio: Ve a tu garaje a las tres de la madrugada que es cuando la temperatura del suelo de cemento es la perfecta. Desnúdate y túmbate cómodamente en el suelo, de lado, colocando el pecho en la parte trasera de cualquier rueda. Pídele a una amiga o familiar que mueva lentamente el coche hacia atrás hasta que la teta esté completamente aplastada bajo la rueda. Aguanta sin respirar diez segundos. Repite este ejercicio cada día.
Tercer ejercicio: Mete dos sujeta-libros de metal en el congelador durante toda la noche. Desnúdate hasta la cintura. Invita a un hombre corpulento y desconocido, a entrar en la habitación y dile que te apriete, con todas sus fuerzas, el pecho entre los sujeta-libros. Después concierta una cita con él para volver a hacerlo dentro de un año.
¡Ahora ya estás preparada! Y cuando le muestres el resultado de la mamografía a tu ginecólogo. Pídele que se prepare para hacerse una testiculografía con las instrucciones antes indicadas.”
Bromas aparte, y quitando el segundo ejercicio, que me parece un poco extremo, los otros dos se acercan bastante a la realidad. Seguro que estás deacuerdo conmigo.
La salud del país está costando más diagnosticarla. Una ya no sabe que pensar. Por un lado oyes a gente cabreadísima con el gobierno: Que si no están haciendo nada, que sólo marean la perdiz porque en el fondo lo que quieren es que nos echen. Que si son unos incompetentes y una vez llegados al gobierno no tienen ni idea qué hacer…
Por otro lado, lo contrario: que si ya está bien de bajar la testuz, que si hay que mantenerse en sus trece y no dar el brazo a torcer, que si el problema lo tienen los “socios”, que se han enrocado en sus ideas y no son capaces de aceptar que su medicina no funciona…
Para algunos hay que imponer un tratamiento de urgencia, que hay que llevar a cabo en veinte días porque se termina el plazo. Para otros lo mejor sería una terapia de más duración con una nueva prórroga de nueve meses. Y la pregunta de siempre: ¿Pero funcionará el tratamiento, doctor? Y la contestación de siempre: Lo siento, pero no puedo asegurárselo, habrá que ver.
Tú por si acaso ocúpate de tu salud propia y de la de los tuyos, que es lo importante.