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Cuestiones de salud

junio 12, 2015 7 Columnas, La Lola se va a los puertos No hay comentarios

Ya os conté que en la rifa anual de navidad del colegio de mis hijos, fui afortunada con uno de los premios: una mamografía. Pues llegado el momento de mi revisión anual me dije: ¿por qué no aprovechar lo que el azar me ha brindado?, y pedí hora.

No sé a tí, pero a mí es pensar en ello y se me erizan los vellos. Ese desavalimiento con los pechos al aire, ese espachurre, esas manipulaciones. Pero hay que hacerla, que ya sabes que hasta el 97% de los cánceres de mama con diagnóstico precoz se curan. Merece la pena el mal rato. Si eres lectora, ya estás programándola, y si eres lector, ya se lo estás recordando a las mujeres que quieres.

La Lola

La Lola

Ahora, que es un trago. Yo, que ya sabes que me encanta lo de buscar en la red todo tipo de información, pensé: ¿y no habrá alguna técnica que te ayude a preparar el momento?, voy a ver… Y he encontrado una que decía esto:

“Muchas mujeres pasan miedo cuando tienen que enfrentarse a una mamografía. No te preocupes. Haciendo estos sencillos ejercicios durante unos minutos al día la semana previa a la prueba, estarás completamente preparada para este examen. Son fáciles y los puedes hacer en tu casa.

Primer ejercicio: Abre el refrigerador y coloca un pecho en el marco de la puerta. Ciérrala sobre él y aprieta con fuerza. Apoyando tu cuerpo sobre la puerta conseguirás hacer más presión. Aguanta en esa posición diez segundos.

Segundo ejercicio: Ve a tu garaje a las tres de la madrugada que es cuando la temperatura del suelo de cemento es la perfecta. Desnúdate y túmbate cómodamente en el suelo, de lado, colocando el pecho en la parte trasera de cualquier rueda. Pídele a una amiga o familiar que mueva lentamente el coche hacia atrás hasta que la teta esté completamente aplastada bajo la rueda. Aguanta sin respirar diez segundos. Repite este ejercicio cada día.

Tercer ejercicio: Mete dos sujeta-libros de metal en el congelador durante toda la noche. Desnúdate hasta la cintura. Invita a un hombre corpulento y desconocido, a entrar en la habitación y dile que te apriete, con todas sus fuerzas, el pecho entre los sujeta-libros. Después concierta una cita con él para volver a hacerlo dentro de un año.

¡Ahora ya estás preparada! Y cuando le muestres el resultado de la mamografía a tu ginecólogo. Pídele que se prepare para hacerse una testiculografía con las instrucciones antes indicadas.”

Bromas aparte, y quitando el segundo ejercicio, que me parece un poco extremo, los otros dos se acercan bastante a la realidad. Seguro que estás deacuerdo conmigo.

La salud del país está costando más diagnosticarla. Una ya no sabe que pensar. Por un lado oyes a gente cabreadísima con el gobierno: Que si no están haciendo nada, que sólo marean la perdiz porque en el fondo lo que quieren es que nos echen. Que si son unos incompetentes y una vez llegados al gobierno no tienen ni idea qué hacer…

Por otro lado, lo contrario: que si ya está bien de bajar la testuz, que si hay que mantenerse en sus trece y no dar el brazo a torcer, que si el problema lo tienen los “socios”, que se han enrocado en sus ideas y no son capaces de aceptar que su medicina no funciona…

Para algunos hay que imponer un tratamiento de urgencia, que hay que llevar a cabo en veinte días porque se termina el plazo. Para otros lo mejor sería una terapia de más duración con una nueva prórroga de nueve meses. Y la pregunta de siempre: ¿Pero funcionará el tratamiento, doctor? Y la contestación de siempre: Lo siento, pero no puedo asegurárselo, habrá que ver.

Tú por si acaso ocúpate de tu salud propia y de la de los tuyos, que es lo importante.

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