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Los chipriotas viven con preocupación la crisis que afecta al pueblo griego

junio 30, 2015 1 Política, 2 Economía, Lo Ultimo No hay comentarios

Flora Alexandrou. Nicosia, 30 jun (EFE).- El corralito impuesto a los bancos griegos y el laberinto financiero en el que se encuentra el pueblo heleno tras los últimos acontecimientos han generado una intensa preocupación entre los chipriotas, que siguen con especial atención la evolución de los acontecimientos en el país hermano.

Chipre, que mantiene con Grecia estrechos lazos culturales y comerciales desde hace siglos y comparte el mismo idioma, sigue de cerca la situación de la economía griega, tras vivir en su propia piel una experiencia parecida.

En marzo de 2013, Chipre instauró el corralito que condujo al bloqueo de los depósitos bancarios y al cierre de bancos durante doce días a cambio de un rescate financiero de la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central y Comisión Europea).

Entonces, el país se vio obligado a llevar a cabo una amplia reestructuración de su sistema bancario, con grandes pérdidas para ahorradores con depósitos superiores a los 100.000 euros en sus dos principales entidades financieras.

«Los recuerdos se despiertan al ver las imágenes de las largas filas ante los cajeros automáticos que se producen estos días en Grecia», comenta a Efe Grigoris Solomú, un ginecólogo de 48 años que, al igual que muchos de sus compatriotas, expresa su solidaridad con el pueblo griego.

«Preocupación, tristeza. Los griegos no se merecen esta situación», dice Solomú, quien, a pesar del clima de pesimismo sobre el futuro de ese país, opina que de alguna forma «los griegos podrán nuevamente ponerse en pie».

Considera acertada la decisión del primer ministro griego, Alexis Tsipras, de celebrar una consulta el próximo domingo, cuando los griegos deberán decidir si aceptan o no la propuesta de acuerdo de los acreedores a cambio del desembolso del rescate.

«El referéndum ha sido convocado porque los socios no han dejado otra opción a Tsipras», afirma Nikos Filipu, profesor universitario de Nicosia.

Considera que la dura postura que mantiene el Eurogrupo hacia Grecia se debe a la preocupación de los acreedores de que tenga «éxito la política de Tsipras».

«Esto reforzaría a otros movimientos y partidos de toda Europa, como, por ejemplo, Podemos en España», agrega.

Lo que es evidente en Nicosia es que la situación de Grecia se discute en las conversaciones de las cafeterías, el trabajo, las tiendas e incluso en las redes sociales.

«Tengo una mezcla de sentimientos. Las cosas están empeorando. La mayoría de los griegos no está informada sobre el referéndum», indica Yorgos Frutis, uno de los 17.000 griegos que residen en la isla y siguen desde la distancia los acontecimientos en su país.

«No sabemos qué nos espera en el futuro, tanto con un ‘no’ como con un ‘sí'», señala en alusión al resultado de la consulta.

Frutis se muestra optimista de que aún pueda haber un acuerdo entre el Gobierno y los acreedores y cree que «esta semana» las partes «encontrarán el equilibrio correcto».

Tzeni Dogoritu también es griega y comenta con indignación las restricciones bancarias por el corralito.

«La retirada de 60 euros diarios es muy pequeña. Una gota en el océano», asegura y destaca que teme que esta situación termine en «algo malo», pues «los europeos no bromean».

También, aunque en menor medida, están las voces más pesimistas y contrarias a las políticas del Gobierno griego.

Una de ellas es la de Yanos Ioannu, un empresario que se declara «decepcionado» con la actuación del Ejecutivo en las conversaciones.

«Hacia el final de las negociaciones creía que Tsipras mantenía el contacto con la realidad, pero se demostró que no porque llevó al extremo las negociaciones por su ideología», apunta.

Ioannu expresa también sus dudas sobre que Tsipras vaya a dimitir si en el referéndum gana el «sí».

Califica de «fanatismo irracional» el hecho de que algunos griegos personifiquen todos los problemas de su país en la canciller alemana, Angela Merkel, quien, según Ioannu, podría ser quien tienda la mano a Grecia. EFE

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