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Procrastinar

diciembre 4, 2015 7 Columnas, La Lola se va a los puertos, Lo Ultimo No hay comentarios

Dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española que la procrastinación (del latín procrastinare: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro), postergación o posposición, es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

Vamos, lo que se ha llamado toda la vida “hacer el vago”. Y probablemente, como me pasaba a mí, ni siquiera sabías que existía en español. Y es que la palabreja se las trae. Me río yo de la “cocreta”. Venga, intenta decirla tres veces seguidas (procrastinar, no croqueta).

La Lola

La Lola

Dicen los que saben que este hábito puede convertirse en una adicción, que, en el fondo, hay un puntito de disfrute en eso de dejarlo todo para el último momento. Se le pone a la actividad habitual (y probablemente aburrida) un poquito de emoción, se tiene la segregación de adrenalina correspondiente al hecho de no saber si vas a llegar a tiempo, y vas y te enganchas.

Pero, vamos a ser sinceros: ¿Hay algo más humano y más común entre los mortales que dejar todo para el último momento?. Tú vete a una delegación de hacienda cuando está a punto de acabarse el plazo para presentar la declaración de la renta. O a una biblioteca de la universidad los días antes de los exámenes. O a un gran almacén el día antes de navidad o de reyes.

¿Cuántas veces te has dicho?: “Yo, el año que viene, compro los regalos de navidad en noviembre, con toda la tranquilidad y sin aglomeraciones, y los días antes de navidad me dedico a descansar”. Si bonita, lo que tú digas.

Hay toneladas de literatura sobre el tema, y los expertos tienen muy claro que es lo que hay que hacer: “márcate tareas que puedas asumir”, “evita las distracciones, sobre todo las tecnológicas”, “haz listas de cosas que hacer y vete una por una”, “agrupa las actividades potencialmente más tentadoras y márcate un momento del día para dedicarte a ellas”. Como siempre, la teoría muy buena. De manera más resumida “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, que es sabiduría popular.

Yo tuve un jefe que era un procrastinador convencido. O sea, que no es que se dejara llevar y a última hora acelerara. No, él estaba convencido que si se tomaba uno con calma las tareas y tendías a irlas dejando, un tanto por ciento bastante alto, se solucionaban solas. Te puedes imaginar que tener un jefe así es un chollo. Con un “pues mira, esto que me estás pidiendo es una de esas cosas que no se han solucionado solas con el tiempo, así que no va a estar para el día que me la pedías”, estabas salvada. Le extrañé mucho cuando le echaron.

Te pongo otro un ejemplo: Los politicos son, especialmente en época de campaña electoral, serios procrastinadores, “por evasión”, es decir, evitar hacer una tarea por miedo al fracaso, o al que dirán (o a que no te voten).

Y otro más: Penélope. Si mujer, la esposa de Ulises (que en griego es Odiseas, por eso el libro se llama La Odisea, que no sé yo a quien se le ocurrió lo del cambio de nombre). Pues ya sabes, tejiendo y deshaciendo su labor de punto para posponer el tener que casarse con alguno de sus pretendientes. Una procrastinadora clásica, en todos los sentidos.

Yo, tengo que reconocer que le doy a la procrastinación alegremente. No sé si mi tipo es como el de los politicos, “por evasión”, como mi antiguo jefe “por activación”, o como Penélope “por indecisión”. Supongo que depende del momento.

En éste, por ejemplo, creo que me calificaría de “procrastinadora oportunista”. Sí, porque el mismo concepto que me ha hecho que me pillara el toro y llegara al último momento sin saber qué escribir, al final, me ha salvado la columna.

Así que, si eres de los que tampoco son un dechado de organización y perfeccionismo y tiendes a relajarte y disfrutar de las cosas del momento escaqueándote de cuestiones más prosaicas, tampoco te agobies, que la vida son dos días y a veces no sale tan mal la cosa. Y si no, que se lo digan a Penélope.

Lola Larreina para AtenasDigital.com

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