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Trastorno afectivo estacional

Trastorno afectivo estacional

Mi madre lo ha llamado toda la vida estar “plof”, o estar “así” (frase que acompaña con una caída de brazos con las palmas de las manos hacia adelante y una inclinación de cabeza estilo estampita de virgen). Pues así estoy yo también. Bueno yo, y mi familia, y mis amigas y casi me atrevería a decir que hasta el país.

Si es que no puede ser que antes de ayer estuviéramos en la playa y esta semana hayamos tenido que sacar ya los jerseis, los calcetines y hasta los edredones, que mira que yo me resistía, pero después de dos días entrando a despertar a mis hijos y encontrármelos enrollados en la sábana cual capullo de gusano de seda, he claudicado. Habemus otoño. … Seguir leyendo

El día de la marmota

El día de la marmota

Te acuerdas de la peli ¿no?, Bill Murray se levantaba una y otra vez en el mismo día y hasta que no lograba comportarse de una manera decorosa, no conseguía pasar la hoja del calendario. Pues es la sensación que se ha vivido en Grecia este lunes después de las elecciones. Mismo Primer Ministro, porcentajes muy similares, mismo socio de gobierno y sobre todo, misma sensación de hastío y de “todo va a seguir igual”. Que traducido a lo que ha sido esto los últimos meses, quiere decir “o sea, mal.” … Seguir leyendo

Brevemente.

Brevemente.

Me vas a perdonar pero hoy ando de cabeza. Volví de Madrid ayer por la tarde, y como se suele decir, me ha pillado el toro. Así que cuando le he dicho a la jefa que el artículo de hoy, “ya…tal”, como diría el presidente del gobierno español, me ha contestado que sí, que vale, que lo puede entender, pero que al menos cuente como han variado las encuestas desde la semana pasada tal y como prometí. Así que a ello voy. … Seguir leyendo

Encuestas

Encuestas

Si es que una tiene unos lectores que son un primor. Te contaba en “El retorno”, que las encuestas que se barajaban sobre las elecciones podían no ser muy de fiar, después de haber visto lo acertadas que fueron las del referéndum del 5 de Julio. Pues hete aquí que una lectora, muy fan mía y del periódico (gracias Noemí guapa), me ha hecho llegar un enlace con unos datos que, cuando menos, parecen no estar infectados de soflamas políticas ni tendencias dudosas. Yo te pasaría el enlace, pero ya sabes que el buen periodista nunca revela sus fuentes, y además, como te lo cuento yo, no te lo va a contar nadie. Así que ahí voy. Desde ahora, tu analista política de cabecera. ¡Si es que para lo que no sirva la Lola! … Seguir leyendo

El retorno

El retorno

Que he vuelto. Mira que me fui con la idea de que, llegado Septiembre, sólo habría dos escenarios posibles: o estaríamos en Madrid empezando el curso como si la aventura griega hubiera sido un tema onírico, o nos encontraríamos de nuevo en Grecia pero con las cosas ya asentaditas y un futuro cierto. Pero no. … Seguir leyendo

Traca final

Traca final

Yo te juro que a mí me va a dar algo. Yo me las prometía felices este viernes. Ya superados los estreses de final de curso, con los niños en el último día de cole, sin tener que prepararles el “lunch box” porque hoy salen antes, y aquí me tienes, escribiendo en el último momento para poder recoger las últimas noticias que tienen al país -y a Europa- en vilo. … Seguir leyendo

Deportes de riesgo

Deportes de riesgo

Con la llegada del buen tiempo y la “operación bikini”, lo mejor es practicar un deporte (y esconder la Nutella). Si no te van los gimnasios, bien porque, como yo, eres de los que los financias, pagando las cuotas, pero sin pisarlo, o bien porque no te seduce el deporte en cerrado, siempre tienes los deportes de riesgo, ya sabes, todos esos que terminan en “ing”. El presupuesto tampoco es un problema, porque aquí en Grecia es muy fácil practicar este tipo de deportes. Sin salir de Atenas. Es más, sin salir de tu propio barrio (o al menos del mío). … Seguir leyendo

No hay mal que por bien no venga

No hay mal que por bien no venga

Ya en otra ocasión hablé de un aspecto de la expatriación que no suelen ver aquellos que relacionan esta vida que algunos llevamos con una continua fiesta, grandes casas, altos sueldos y mujeres desocupadas y frívolas. Me refiero a esa llamada de teléfono que te informa de un problema familiar en la Madre Patria y que te hace cambiar todos los planes, te encoge el corazón, y te hace salir corriendo a coger el primer avión hacia tu ciudad. … Seguir leyendo

El día de la madre

El día de la madre

¡Buenos días!. Viernes, sol y fin de semana por delante. No se puede pedir más. Y además, más vale no pedir, porque de todas maneras no va a servir de nada. Seguro que la pobre gente de Nepal (la que lo pudo contar) , después del primer terremoto, agradeció al Dios en el que creyera haber salido de esa y le pidió no tener que vivir otra experiencia así. Pues ¡toma! ¡otro!. No se puede fiar uno de nada. Así que a disfrutar de las pequeñas cosas, que las grandes son un extra, que lo sepas. … Seguir leyendo

Tabernoterapia

Tabernoterapia

Estoy mejor, gracias. Si es que todos los años me pasa lo mismo. Pero ha sido mantenerse el sol, hacer dos “vuelta y vuelta” en el jardín, coger un poco de color, y ya está, lista para tirar hasta el otoño. Alejándose las palideces, y llegando las cañitas y los gin-tonic, el mundo vuelve a ser de color de rosa (o del color que tú quieras, que yo tampoco soy muy de cursilerías). … Seguir leyendo

El proyecto Shedia, la revista de la calle

El proyecto Shedia, la revista de la calle

Su nombre en Grecia es Shedia, el magazine de la calle. La revista mensual de las historias de los sin techo. Es algo más que un magazine, es un proyecto creado con ilusión y destinado a ayudar a los que más lo necesitan. … Seguir leyendo

Dolencias estacionales

Dolencias estacionales

Estoy que muerdo. No, no me ha pasado nada. Al menos nada real y tangible a lo que pueda echarle la culpa. Yo creo que es cosa del tiempo. Eso que llaman ahora “astenia primaveral”, pero que a mí, en lugar de darme por deprimirme, lo que me provoca es una mala leche del copón. Como la que tengo ahora mismo, que he tenido que corregir tres veces la palabra “copón”, porque la escribo y el corrector me pone “colón”, la vuelvo a escribir, y lo mismo. Tres veces. ¿Pero es que ni el ordenador me va a dejar escribir lo que me dé la gana, ¡copón!.? … Seguir leyendo